El 2 de marzo se conmemora el Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes y fapmi-ECPAT España hace un llamamiento urgente para el abordaje de las graves consecuencias que la violencia tiene en desarrollo mental y emocional de los y las adolescentes, así como la promoción de estrategias de prevención efectivas de esta lacra social.
La adolescencia es una etapa crítica en el desarrollo de las personas, en la que se construyen las bases para la salud mental a lo largo de la vida. Sin embargo, la vivencia de situaciones de violencia durante este período -cualquier forma o ámbito en la que tenga lugar- puede tener impactos devastadores. Al respecto, la evidencia científica demuestra que los y las adolescentes que experimentan situaciones de violencia son más propensos y propensas a desarrollar trastornos de ansiedad, depresión, estrés postraumático y determinadas conductas de riesgo, como el abuso de sustancias o las autolesiones. Además, la violencia también puede afectar a diferentes esferas de sus vidas, observándose dificultades en su capacidad para establecer relaciones interpersonales saludables, en su rendimiento académico e incluso afectando a su autoestima.
Fapmi-ECPAT España pone de manifiesto la importancia de la prevención como una de las herramientas fundamentales para proteger el bienestar psicológico y emocional de chicos y chicas en edad adolescente. Lo anterior implica que es urgente poner en marcha una serie de medidas que vayan desde la educación y sensibilización hasta la implementación de políticas públicas que protejan a los y las adolescentes frente a la violencia.
En este sentido, será fundamental llevar a cabo programas orientados al fomento de entornos seguros y libres de violencia, tanto en los hogares como en otros ámbitos de la cotidianidad donde se desarrollen las personas adolescentes, promoviendo asimismo la implementación de programas de educación emocional y prevención de la violencia.
Por otro lado, será esencial garantizar el acceso a servicios de salud mental especializados donde chicos y chicas puedan recibir una atención y acompañamiento adecuados.
De igual forma, es necesario involucrar a los propios chicos y chicas en la creación de soluciones, escuchar sus voces, sus prioridades e integrar su punto de vista.
Finalmente, y a pesar de los avances llevados a cabo hasta la fecha, las políticas públicas deben abordar esta problemática y orientarse a la protección de chicos y chicas frente a cualquier forma de violencia, incluyendo la que se produce en el entorno digital.
En definitiva, hablamos de una problemática que más allá de las secuelas físicas, produce heridas profundas en la salud mental de aquellos y aquellas que la sufren, heridas que pueden persistir durante toda la vida. Por tanto, es parte de nuestra responsabilidad actuar para prevenirla y garantizar que los y las adolescentes puedan crecer y desarrollarse en entornos seguros y protectores.
Desde fapmi-ECPAT España reiteran su compromiso en seguir trabajando para que ningún y/o niguna adolescente tenga que hacer frente a la violencia e invitan a los y las agentes involucrados, administraciones, instituciones, familias y comunidades a unirse a este esfuerzo.